Hoy os hablaremos del estrés. Esta palabra tan utilizada en los últimos años puede tener repercusiones muy importantes en nuestra seguridad vial. Algo tan cotidiano para nosotros como la prisa, la sobrecarga de trabajo, la falta de sueño o la elevada densidad de tráfico en las ciudades, son factores básicos de este fenómeno.
El estrés se define como la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves (Real Academia Española).
Es un proceso psicológico normal y adaptativo, que se origina cuando hay una amenaza o exigencia que se debe satisfacer y la persona no sabe cómo hacerlo de manera adecuada. Cuando esto ocurre, el cuerpo se prepara para afrontar cualquier tipo de situación. Bien, ¿dónde está el problema? El problema aparece cuando la fase de alerta se prolonga demasiado en el tiempo o si ésta es demasiado intensa. En este momento puede empezar a repercutir en nuestra salud.
Son diversos los estudios que han demostrado que muchos de los conductores que han sufrido accidentes de tráfico se encontraban en situaciones vitales conflictivas o así había sido en los últimos meses.
¿Qué podemos hacer al respecto?
A veces algunos de los estímulos que nos producen estrés no los podemos evitar, ya que tienen que ver con nuestra vida sentimental o laboral, entre otros. Lo que podemos hacer es mejorar la concienciación de nuestra situación:
– En las fases más críticas de estrés, sobretodo si se está tomando algún tipo de medicación que puede afectar a las capacidades del conductor, éste debe disminuir considerablemente el uso del vehículo o incluso dejar de conducirlo temporalmente.
– Las prisas son malas consejeras, es mejor levantarse con tiempo por las mañanas y poder afrontar cualquier situación imprevista que pudiera surgir.
– Es importante la cantidad de horas que dormimos al día. Cuidemos la calidad del sueño.
– Se debe encontrar el tiempo para realizar actividades que nos proporcionen placer o relajación (masajes, salidas los fines de semana, realizar ejercicio, etc.)
– Reducir el consumo de cafeína o teína puede ser muy beneficioso.
– Se debe tratar de mantener un estilo de vida saludable y equilibrado, cuidar tanto la alimentación como realizar deporte de manera moderada.